La artrosis de mano es una condición que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.
Aunque no tiene cura, la combinación de ejercicios y tratamientos puede ayudar a aliviar los síntomas, mejorar la funcionalidad de las manos y retrasar la progresión de la enfermedad.
En este artículo, exploraremos qué es la artrosis de mano, sus causas, síntomas y tratamientos, y le daremos 5 consejos clave para mejorar la movilidad y reducir el dolor.
¿Qué es la Artrosis de Mano?
La artrosis de mano es una enfermedad degenerativa que afecta las articulaciones, particularmente aquellas en los dedos.
Se produce por el desgaste progresivo del cartílago que recubre las articulaciones, lo que lleva a la fricción entre los huesos, provocando dolor, rigidez y limitación de movimientos.
Con el tiempo, se pueden formar nódulos en las articulaciones interfalángicas proximales y distales, conocidos como nódulos de Heberden y Bouchard, respectivamente.
Causas de la artrosis de mano
La principal causa de la artrosis de mano es el desgaste progresivo del cartílago que cubre y protege las articulaciones de los dedos y la mano. El cartílago actúa como un amortiguador entre los huesos, permitiendo que las articulaciones se muevan suavemente. Con el tiempo, este tejido se degenera, lo que provoca que los huesos se rocen entre sí, generando dolor, rigidez e inflamación.
Las causas específicas de la artrosis de mano incluyen:
Envejecimiento
El desgaste natural de las articulaciones con el paso de los años es una de las principales causas de la artrosis. A medida que envejecemos, el cartílago se vuelve más frágil y vulnerable a la degeneración.
Uso excesivo o sobrecarga
Actividades repetitivas que implican el uso constante de las manos, como escribir, trabajar en computadoras, manualidades o ciertos deportes, pueden acelerar el desgaste del cartílago. Esto es especialmente común en personas que realizan trabajos manuales o emplean sus manos de manera intensiva.
Traumatismos previos
Las lesiones en la mano o los dedos, como fracturas o esguinces, pueden dañar el cartílago y las articulaciones, aumentando el riesgo de desarrollar artrosis en el futuro. Incluso si la lesión se cura, la articulación puede quedar debilitada, lo que facilita la aparición de la enfermedad.
Factores de riesgo de la artrosis de mano
Además de las causas directas, varios factores pueden incrementar la probabilidad de desarrollar artrosis de mano. Estos factores varían desde aspectos biológicos hasta hábitos de vida y antecedentes familiares.
Sexo
El sexo es un factor significativo en la aparición de la artrosis de mano. Las mujeres tienen una mayor predisposición a desarrollar esta enfermedad en comparación con los hombres, especialmente después de la menopausia. Las razones de esta mayor prevalencia en mujeres no están completamente claras, pero se cree que los cambios hormonales desempeñan un papel importante, particularmente la disminución de los niveles de estrógeno, una hormona que ayuda a proteger las articulaciones.
Genética
La herencia genética es otro factor clave. Si bien no todas las personas con antecedentes familiares de artrosis desarrollarán la enfermedad, existe una predisposición hereditaria que puede aumentar el riesgo. En especial, las mujeres con familiares directos que han tenido artrosis de mano presentan una mayor probabilidad de desarrollar nódulos de Heberden y nódulos de Bouchard, lo que sugiere un componente genético en la formación de estas deformidades óseas.
Sobrepeso y obesidad
Aunque el sobrepeso no afecta directamente a las manos, las investigaciones han demostrado que el exceso de tejido adiposo libera proteínas inflamatorias llamadas adipocinas, que pueden contribuir a la inflamación sistémica y al daño articular. Estas proteínas no solo afectan las articulaciones que soportan peso, como las rodillas, sino también las pequeñas articulaciones, como las de las manos. Además, el sobrepeso puede agravar los síntomas de la artrosis al aumentar la inflamación general en el cuerpo.
Cambios hormonales
Como se mencionó anteriormente, los cambios hormonales juegan un papel importante, particularmente en mujeres. La disminución de los niveles de estrógeno durante la menopausia puede aumentar la susceptibilidad a la artrosis. El estrógeno tiene un efecto protector sobre el cartílago articular, por lo que su disminución puede facilitar el desgaste de las articulaciones y la aparición de esta enfermedad.
Actividades repetitivas y ocupacionales
Ciertas profesiones que implican movimientos repetitivos de las manos o la realización de trabajos manuales intensos pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis de mano. Profesiones como carpintería, costura, uso constante de herramientas, o incluso trabajos en oficinas que requieran el uso intensivo del teclado, pueden acelerar el desgaste articular.
Traumatismos y microtraumatismos
Las personas que han sufrido lesiones previas en las manos o dedos, como fracturas, esguinces o luxaciones, tienen un mayor riesgo de desarrollar artrosis en esas articulaciones lesionadas. Incluso lesiones menores, como los microtraumatismos repetitivos causados por actividades ocupacionales o recreativas, pueden aumentar el riesgo de artrosis de mano a largo plazo.
Factores biomecánicos
Algunas personas tienen características biomecánicas particulares que pueden aumentar su predisposición a desarrollar artrosis. Por ejemplo, aquellos con anomalías estructurales en las manos o una mala alineación de las articulaciones son más propensos a desarrollar desgaste articular de manera acelerada.
Síntomas Comunes de la Artrosis de Mano
La artrosis de mano presenta una serie de síntomas característicos que pueden variar en intensidad dependiendo del estadio de la enfermedad.
Estos síntomas tienden a progresar con el tiempo, afectando de manera significativa la capacidad de realizar tareas diarias.
Es fundamental contar con la orientación de un profesional médico para gestionar la evolución de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.
Dolor articular
El dolor es uno de los primeros signos de la artrosis de mano y suele intensificarse con el movimiento.
Inicialmente, el dolor puede aparecer solo después de actividades que involucren el uso repetitivo de las manos, como escribir o agarrar objetos.
A medida que la enfermedad avanza, el dolor puede volverse constante, incluso en reposo, lo que afecta la calidad de vida y el descanso nocturno.
Rigidez y pérdida de movilidad
La rigidez matutina es otro síntoma común de la artrosis de mano, especialmente en los dedos. Los pacientes suelen experimentar dificultades para mover las articulaciones afectadas después de periodos de inactividad, como al despertar o después de estar mucho tiempo sentados.
Esta rigidez puede mejorar ligeramente con el movimiento, pero vuelve a aparecer tras la inactividad prolongada.
Con el tiempo, la rigidez puede volverse permanente, limitando la capacidad para realizar movimientos finos como escribir, atarse los zapatos o utilizar utensilios.
Inflamación
La inflamación en las articulaciones es frecuente en las etapas más avanzadas de la artrosis de mano.
Las áreas afectadas pueden hincharse y sentirse calientes al tacto. Aunque no todos los pacientes experimentan inflamación severa, cuando aparece puede dificultar el uso de la mano e incrementar el dolor.
La inflamación suele ser más visible en las articulaciones de los dedos, en particular en las interfalángicas proximales y distales.
Pérdida de fuerza
A medida que la artrosis avanza, la debilidad en las manos se convierte en un síntoma debilitante.
La pérdida de fuerza muscular afecta la capacidad de sostener objetos, lo que puede generar frustración en el paciente al realizar tareas simples, como abrir frascos o sostener un bolígrafo.
Esta pérdida de fuerza está relacionada con la degradación del cartílago y el desuso progresivo de los músculos circundantes debido al dolor y la rigidez.
Deformidades articulares
Con el tiempo, la artrosis de mano puede provocar deformidades visibles en las articulaciones afectadas.
Una de las características más comunes es la aparición de nódulos óseos conocidos como nódulos de Heberden y nódulos de Bouchard. Los nódulos de Heberden se forman en las articulaciones más cercanas a las uñas (interfalángicas distales), mientras que los nódulos de Bouchard aparecen en las articulaciones medias de los dedos (interfalángicas proximales).
Estas deformidades son resultado del engrosamiento de las articulaciones y el crecimiento óseo anormal, y pueden causar dolor adicional y una pérdida significativa de la función de la mano.
Incapacidad funcional progresiva
La combinación de dolor, rigidez, debilidad y deformidades lleva a una incapacidad funcional progresiva.
Con el tiempo, actividades cotidianas como cocinar, vestirse o escribir se vuelven cada vez más difíciles.
En los casos más avanzados, los pacientes pueden perder completamente la capacidad de utilizar las manos para realizar actividades básicas sin ayuda.
Sensación de fricción o chasquidos
Algunos pacientes también informan de una sensación de fricción o crujidos al mover las articulaciones afectadas, lo que se debe al desgaste del cartílago que recubre las superficies articulares.
Esta sensación de “chasquido” puede acompañar al dolor y suele ser más notoria durante el uso de las manos en actividades repetitivas.
Tratamiento de la Artrosis de mano
La artrosis de mano es una condición crónica, pero con el enfoque adecuado, es posible aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. El tratamiento suele ser personalizado, dependiendo de la gravedad de los síntomas y de las necesidades individuales del paciente.
Tratamientos Farmacológicos
Los medicamentos antiinflamatorios, tanto con como sin esteroides, son útiles para controlar el dolor y la inflamación. En algunos casos, se pueden recetar corticosteroides inyectados directamente en la articulación para obtener alivio a corto plazo.
Tratamientos No Farmacológicos
El enfoque no farmacológico incluye una serie de terapias que ayudan a aliviar los síntomas y mejorar la funcionalidad:
- Terapia de frío y calor: Alternar entre baños de agua caliente y fría puede reducir la inflamación y mejorar la circulación.
- Masajes con cremas antiinflamatorias: Estos pueden mejorar la circulación y reducir la tensión muscular.
- Férulas: Se utilizan para inmovilizar temporalmente las articulaciones afectadas, aliviando el dolor y protegiendo la zona sin interferir con las actividades diarias.
Cirugía
Cuando los tratamientos conservadores no son suficientes, la cirugía puede ser una opción. Esto podría incluir desde la realineación de las articulaciones hasta la sustitución de las mismas. Un especialista en cirugía de mano debe evaluar cada caso.
5 Consejos para Mejorar la Movilidad y Reducir el Dolor
La protección de las articulaciones, la modificación de las actividades y el ejercicio son fundamentales para controlar los síntomas y mantener la flexibilidad y fuerza en las manos afectadas por artrosis. A continuación, le compartimos cinco recomendaciones:
Uso de calor
El calor relaja los músculos y mejora la flexibilidad de los tejidos, ayudando a disminuir el dolor y la rigidez, especialmente en las mañanas. Coloque sus manos en agua tibia y realice movimientos o apriete suavemente una esponja dentro del agua, esto le hará sentir mejor cuando perciba rigidez o fatiga después de un día muy ocupado. No utilice el calor si presenta inflamación en sus manos.
Protección de las articulaciones
Cuando realice actividades intente distribuir el peso en varias articulaciones y utilice siempre las articulaciones más grandes, como las piernas y los hombros para generar la fuerza. También evite posiciones y posturas forzadas que promuevan la deformidad en sus manos y utilice herramientas que le permitan disminuir el esfuerzo necesario para realizar sus actividades.
Conservación de energía
Utilice estrategias de apoyo para controlar la fatiga a través de la planificación y la simplificación de las tareas que realiza. Intente planear su rutina diaria por adelantado, incluyendo períodos de descanso entre actividades y procurando organizar sus tareas de forma que le exijan el menor esfuerzo posible. Permítase descansar cuando lo necesite o si siente dolor, delegue actividades a otros miembros de su familia y elimine todas las actividades que no sean esenciales.
Ejercicio y movimiento
Evite mantenerse más de 15-20 minutos en la misma posición e intente realizar actividad cardiovascular a tolerancia, puede comenzar por caminar, nadar o realizar el ejercicio de su preferencia. Además, es importante realizar ejercicios específicos de movilidad y fortalecimiento de sus manos que le ayudarán progresivamente a disminuir el dolor y mantener la fuerza de agarre.
Terapia de mano
Acuda con un especialista en rehabilitación de la mano quien le diseñará un plan personalizado de ejercicios de movilidad y fuerza y le brindará las indicaciones que necesita para evitar que la artrosis afecte su funcionalidad en sus actividades diarias.
Animación de Artrosis en diferentes partes del cuerpo
La artrosis no solamente se presenta en las manos, sino también en varias partes del cuerpo. El siguiente video es una animación que permite comprender mejor como se produce la artrosis en diferentes regiones del cuerpo.
Rehabilitación Especializada
La terapia de mano es una opción altamente recomendada para personas con artrosis de mano.
Un terapeuta de mano certificado puede diseñar un plan de ejercicios adaptado a cada paciente, asegurando que se realicen de manera adecuada y segura.
Si cree que padece de Artrosis de Mano y necesita de una evaluación profesional, puede contactarnos para agendar una consulta especializada.
Conclusión
La artrosis de mano puede afectar de manera considerable la calidad de vida, pero con el tratamiento adecuado, incluyendo medicamentos, terapia y ejercicio regular, es posible aliviar el dolor y mejorar la función articular. Consulte con un especialista para recibir una atención personalizada y empiece a incorporar estos consejos en su rutina diaria para mantener sus manos saludables.